A las personas en situacion de discapacidad solo la reforma popular les tiende la mano.
Escribe José Benito desde Uruguay
16098 pesos es la limosna mensual que percibe un niño (a través de sus representantes legales) o un adulto en situación de discapacidad, esto incluye una enorme cantidad de situaciones muy diversas como diferentes trastornos y síndromes, que requieren miles de pesos en medicamentos, o pagar cuidadores o asistentes, pañales, y diversos tratamientos no cubiertos por el sistema de salud. Para algunas personas y/o familias ese dinero es un complemento muy importante, para otros es casi un medio de subsistencia imprescindible.
Si bien para los adultos ademas lo deseable es que logren su autonomía y trabajen, esto requiere de apoyos que en nuestro país son mínimos, y de hecho por ejemplo solo el 20% de las personas con TEA acceden al mercado laboral, no es que no puedan aportar mucho a la sociedad, es que esta no esta preparada para hacerlo, es lentamente y merced a los esfuerzos denodados de algunas madres, algunos adultos con este trastorno y algunas asociaciones se entreabren algunas puertas. Se avanza si, pero en el camino los afectados van dejando jirones de su piel.
Al drama de los adultos, se suma el drama de las familias de los niños, muchas veces las madres quienes son las que principalmente cuidan a dichas personas, no pueden trabajar, a veces por periodos que son especialmente complejos, y a veces en forma permanente, porque hay etapas de la vida donde todo se complejiza, súmele a la adolescencia que siempre es compleja, un trastorno o condición, luego un sistema de salud deficiente, donde con suerte se puede ver a un psiquiatra 10 minutos cada tres meses, con suerte porque hay lugares donde en el sistema publico hay lista de espera de un año.
En psicología no estamos mucho mejor, hay mayores posibilidades de atención a través de las AYEX y de algunos colectivos del sistema de salud, pero el problema es que la enorme mayoría de los psicólogos tiene una formación de tipo psicoanalítica, muy útil para la vida, o para determinado tipo de problemáticas, pero NO para muchas de estas situaciones, donde lo que se necesita es un tratamiento cognitivo comportamental.
Todos a su vez, es decir los adultos y los niños a través de sus familias son excluidos de los programas de vivienda social del BPS, el que a su vez como esta formulado no sirve, es decir, si se podría contemplar a un niño con su madre o padre para el acceso a la vivienda, pero un adulto necesitara una vivienda asistida, de acuerdo a su grado de autonomía, sin embargo para el organismo encargado de la seguridad social, por ser pensiones no contributivas, quedan afuera.
Por otra parte, la ley integral vigente establece el derecho al pase libre nacional, tampoco se cumple, esta norma fue reglamentada en 2021 y sin embargo no se cumple, no hay posibilidad alguna de que Salud Publica certifique a nadie su situación de discapacidad para poder acceder al mismo.
La lista puede seguir y seguir pero ya hemos dejado en claro cual es la realidad: exclusión de los planes de vivienda del BPS, los que ademas serian inoperantes para muchos casos, pocas posibilidades reales de inserción laboral, incumplimiento de la ley en cuanto al pase libre nacional, y una suma de dinero que es realmente baja, en un país donde el costo de vida es muy alto, ahora sin embargo en procura de hacer realidad la aspiración artiguista de que los mas infelices sean los mas privilegiados, la reforma popular plantea que las pensiones pasen a ser como mínimo el valor del SMN, en este caso un aumento inmediato de casi 5000 pesos por mes, por supuesto no es la solución, pero si una ayuda considerable.
5000 pesos puede equivaler por ejemplo a la medicación mensual de una persona, o a una consulta particular con un profesional, a un club deportivo (que no es tan fácil de encontrar inclusión real) o a horas que una mama pueda pagar una cuidadora para salir a trabajar, o a cuidarse, porque aquí estamos en pañales en todo lo referente a cuidados, y olvidamos que el cuidador también necesita cuidarse.
La reforma popular, que con alegría votaremos en Octubre, es un pedacito de pan adicional en la mesa de quienes mas necesitan.
Comentarios
Publicar un comentario